viernes, 12 de abril de 2013

La familia


Cuando  era pequeña, solía hablar con mis amigas de cómo nos gustaría que fuese nuestra vida dentro de unos años. Todas decíamos lo mismo, queríamos formar una familia. Simplemente el hecho de pensar eso ya nos hacia felices. En realidad, pienso que en la mente de las chicas siempre cabe pensar el día de su boda con su futuro marido como si de un cuento de hadas se tratara. 
Si ahora me preguntaran cómo quisiera que fuese mi vida diría lo mismo, pero ahora no veo tan sencillo conseguir ese cuento de hadas con el que toda niña sueña. Puede que sea porque en las noticias solo aparecen casos de familias rotas; ya sea por maltrato o por mentiras entre ellos. No me cabe en la cabeza cómo a una persona a la que le das toda tu confianza te pueda fallar de esa manera.
En mi caso no puedo quejarme ya que siempre he estado rodeada de un buen ambiente familiar. Mis padres siempre nos han mostrado tanto a mi hermano como a mí un entorno lleno de amor, confianza y sinceridad. Creo que basta con entender bien el significado de estas tres palabras  para formar una relación entre dos personas.
El mes pasado tuve un acontecimiento familiar precioso. Los abuelos de mis primos hicieron 50 años de casados. Ese día todo fueron alegrías, tanto para ellos como para todos los familiares. Me di cuenta de que estaban igual de enamorados que el primer día. No hay cosa más bonita que ver a dos personas así de ilusionadas y contentas por su compromiso. Se sentían orgullosos de poder celebrar su amor y de compartirlo con su familia. La verdad es que se me saltaron las lágrimas porque vi a mis abuelos y pensé que ellos también tenían la misma sensación que ellos. En ese momento pensé en mí, envidiaba el hecho de que ellos han vivido toda una vida y lo han hecho juntos. Pienso que antes se valoraba muchísimo más que ahora el amor, la confianza y la sinceridad.
 En relación con el capítulo de la gente joven, leí que los jóvenes tienen miedo al compromiso. En mi caso no es así, pero es verdad que la mayoría lo tienen y no puedo entender el porqué.  Puede que no sea miedo al compromiso sino miedo a confiar en otra persona a la que sabes que vas a dar todo y puede que no te responda de la misma forma. Pero ese es el riesgo que al fin y al cabo, si sale bien es un riesgo que merece la pena correr. El sentirse engañado en un momento dado, te hace sufrir pero a la larga te enseña a crecer.
Conforme han ido pasando los años me he dado cuenta de que lo más importante es la familia. Las amistades vienen y van, y pocas se conservan toda la vida. Una vez alguien me dijo, los amigos de verdad se pueden contar con una sola mano.  En ese momento no le di mucho sentido a la frase, pero ahora me doy cuenta de que es verdad.
Los que siempre están ahí ya sea para lo bueno como para lo malo son los padres, hermanos, primos, primas, tíos, etc… Tengo la suerte de que en mi familia siempre estamos ahí el uno para el otro y puede que sea por haberme criado de esta manera por lo que me gustaría poder formar mi propia familia y poder sentirme igual de orgullosa y feliz como lo están mis abuelos.

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