La
lectura atenta del el capítulo sobre “La gente joven”, del libro Invitación
a pensar, me ha llevado a reflexionar sobre la época en la que vivimos,
materialista e incoherente.
En este momento, observamos cómo parte de los jóvenes dedican su día a día a no hacer nada. No tienen ningún objetivo marcado por el que trabajar, luchar, ni siquiera algún hobby al que dedicar su tiempo libre. Desgraciadamente, este modelo de vida está tan extendido, que se ha visto incluso como una corriente, una generación a la que han llamado los “ni ni”, ni estudian, ni trabajan.
Desde mi punto de vista, puedo decir que se han acostumbrado a vivir de sus padres, viviendo así de prestado, de segunda mano, y así no necesitar esfuerzo alguno para conseguir las cosas. Pero por otro lado, ¿Podemos generalizar?, ¿Podemos decir que todos los jóvenes son así? La respuesta es: no.
No todos los jóvenes tenemos el mismo pensamiento y forma de actuar. Aunque cierto es que la inmensa mayoría seguimos dando mucha importancia a cosas como salir de fiesta y pasárnoslo bien, el hecho de salir de fiesta de una manera sana tampoco es perjudicial, ya que nos ayuda a conocer a gente nueva, algo que nos enriquece como personas.
Además, creo que con 20 años se puede salir, estudiar y a la vez ser responsable. Tenemos una vida entera por delante y si no disfrutamos ahora, ¿cuándo lo vamos a hacer?
Soy de las que piensan que hay tiempo para todo. Aunque a veces me cueste afrontarlo creo que la clave está en la organización y en el buen aprovechamiento del tiempo. En realidad, la época que estamos viviendo ahora es la que nos va a ayudar en un futuro a ser personas más maduras y con más sabiduría. Podría decirse que es la época de la experiencia, del enriquecimiento. O, por lo menos, así debería ser.
En cuanto a si los jóvenes piensan o no, yo opino que si. Aunque no todos pensamos en las mismas cosas ni de la misma manera, ya que son diferentes las prioridades que cada uno tiene. Ahora es cuando debemos elegir nuestro camino. Esto significa que cada uno ya ha pensado; o vivir de segunda mano o empezar a vivir individualmente, con la ayuda de nuestros padres pero con nuestras propias decisiones y elecciones, y sobre todo con nuestro propio esfuerzo. Algo que me ha llamado la atención de este capítulo es que: “El fracaso, asumido en profundidad, a menudo enriquece; mientras que el éxito, alcanzado mecánicamente a través de las vías abiertas por otros, a menudo embota la sensibilidad”; “Somos criaturas vivas que comen experiencia”.
Uno de los inconvenientes que tenemos la gente joven es que a veces no sabemos explicarnos con claridad, y puede que sea por esto por lo que nuestras ideas estén un poco desordenadas y que no podamos pensar con total precisión. Pero no creo que esto sea un problema, ya que de esto se trata nuestra formación, y con el paso del tiempo nuestras ideas se iran ordenando según nuestra experiencia. Por esto, pienso que es muy importante la elección de nuestro camino en la vida.
Por otra parte, considero que los tiempos han cambiado y que no tenemos tanta fuerza de voluntad como tenían nuestros padres cuando eran jóvenes. Esto puede que sea porque ahora tenemos muchas más distracciones como móvil y ordenador. No nos damos cuenta, pero cuando tratamos de desconectar es cuando de verdad se manifiesta lo conectados que estamos a estas nuevas formas de entretenimiento.
Como siempre me dicen mis padres “Cuando nosotros eramos jóvenes…” Es la típica frase que dicen todos, pero tienen razón, porque es cierto que ellos valoraban mucho más las cosas al no tener todo lo que tenemos ahora nosotros. Esto es porque ellos estaban acostumbrados a ganarse con su propio esfuerzo la mayoría de las cosas que tenían.
Por otro lado, creo que somos nosotros, los jóvenes, los que debemos trabajar por cambiar la situación actual. Y lo digo por mí, y supongo que por todos los que piensan como yo, que debemos dejar huella, y que nuestro esfuerzo y trabajo ha de servir para mejorar.
En este momento, observamos cómo parte de los jóvenes dedican su día a día a no hacer nada. No tienen ningún objetivo marcado por el que trabajar, luchar, ni siquiera algún hobby al que dedicar su tiempo libre. Desgraciadamente, este modelo de vida está tan extendido, que se ha visto incluso como una corriente, una generación a la que han llamado los “ni ni”, ni estudian, ni trabajan.
Desde mi punto de vista, puedo decir que se han acostumbrado a vivir de sus padres, viviendo así de prestado, de segunda mano, y así no necesitar esfuerzo alguno para conseguir las cosas. Pero por otro lado, ¿Podemos generalizar?, ¿Podemos decir que todos los jóvenes son así? La respuesta es: no.
No todos los jóvenes tenemos el mismo pensamiento y forma de actuar. Aunque cierto es que la inmensa mayoría seguimos dando mucha importancia a cosas como salir de fiesta y pasárnoslo bien, el hecho de salir de fiesta de una manera sana tampoco es perjudicial, ya que nos ayuda a conocer a gente nueva, algo que nos enriquece como personas.
Además, creo que con 20 años se puede salir, estudiar y a la vez ser responsable. Tenemos una vida entera por delante y si no disfrutamos ahora, ¿cuándo lo vamos a hacer?
Soy de las que piensan que hay tiempo para todo. Aunque a veces me cueste afrontarlo creo que la clave está en la organización y en el buen aprovechamiento del tiempo. En realidad, la época que estamos viviendo ahora es la que nos va a ayudar en un futuro a ser personas más maduras y con más sabiduría. Podría decirse que es la época de la experiencia, del enriquecimiento. O, por lo menos, así debería ser.
En cuanto a si los jóvenes piensan o no, yo opino que si. Aunque no todos pensamos en las mismas cosas ni de la misma manera, ya que son diferentes las prioridades que cada uno tiene. Ahora es cuando debemos elegir nuestro camino. Esto significa que cada uno ya ha pensado; o vivir de segunda mano o empezar a vivir individualmente, con la ayuda de nuestros padres pero con nuestras propias decisiones y elecciones, y sobre todo con nuestro propio esfuerzo. Algo que me ha llamado la atención de este capítulo es que: “El fracaso, asumido en profundidad, a menudo enriquece; mientras que el éxito, alcanzado mecánicamente a través de las vías abiertas por otros, a menudo embota la sensibilidad”; “Somos criaturas vivas que comen experiencia”.
Uno de los inconvenientes que tenemos la gente joven es que a veces no sabemos explicarnos con claridad, y puede que sea por esto por lo que nuestras ideas estén un poco desordenadas y que no podamos pensar con total precisión. Pero no creo que esto sea un problema, ya que de esto se trata nuestra formación, y con el paso del tiempo nuestras ideas se iran ordenando según nuestra experiencia. Por esto, pienso que es muy importante la elección de nuestro camino en la vida.
Por otra parte, considero que los tiempos han cambiado y que no tenemos tanta fuerza de voluntad como tenían nuestros padres cuando eran jóvenes. Esto puede que sea porque ahora tenemos muchas más distracciones como móvil y ordenador. No nos damos cuenta, pero cuando tratamos de desconectar es cuando de verdad se manifiesta lo conectados que estamos a estas nuevas formas de entretenimiento.
Como siempre me dicen mis padres “Cuando nosotros eramos jóvenes…” Es la típica frase que dicen todos, pero tienen razón, porque es cierto que ellos valoraban mucho más las cosas al no tener todo lo que tenemos ahora nosotros. Esto es porque ellos estaban acostumbrados a ganarse con su propio esfuerzo la mayoría de las cosas que tenían.
Por otro lado, creo que somos nosotros, los jóvenes, los que debemos trabajar por cambiar la situación actual. Y lo digo por mí, y supongo que por todos los que piensan como yo, que debemos dejar huella, y que nuestro esfuerzo y trabajo ha de servir para mejorar.
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